1ª parte de:
Memorias de un chico ingenuo... Mi Vida
Todo empezó a suceder a mediados de Marzo de 1984. Buenos Aires era una ciudad que acababa de dejar la incertidumbre de la opresión militar de 1976, para convertirse otra vez en una ciudad y país democrático.
Se había conocido por esas casualidades que si uno trata de que ocurran nunca van a suceder. Ella una mujer de tan solo 15 años, ya con algo de experiencia, trataba de pasar desapercibida, pero su cuerpo no la dejaba. Él hombre un tanto mayor q ella, con experiencia abundante con las mujeres, un casanova. Fue quizás por esas cosas del destino de estar en el lugar indicado a la hora indicada, ella estaba donde él tocaba con su banda. Ella se quedo sorprendida, entontensida, sin saber como reaccionar. Ya se habían mirado, ahora era cosa de los dioses que se vuelvan a ver o que aya un acercamiento.
Se conocieron, pasaron los días, él se enamoro de ella, de su forma de ser, pensar, y todo lo que ella implicaba.
No fueron todas rosas en el camino de ellos, la madre de él era una mujer de unos 60 años que la destetaba, la hacia levantarse de mañana en pleno invierno y bañarse y lavarse con agua fría diciendo que eso le aria bien. Ella no hizo caso omiso a esos pequeños detalles, y al tiempo quedo embarazada de su primer hijo, cuando la futura abuela se entero trato de separarlos por todos los medios de su hijo, usando cualquier excusa como validera. Pero ellos no dieron el brazo a torcer.
Los meses pasaron y ellos cada día se fueron amando más. La aptitud de la abuela no cambio, ella ya enferma de un cáncer que la deterioraba con los días al poco tiempo murió. Esta noticia conmovió profundamente el ceno familiar, pero eso no fue problema para la nueva familia, ya que ellos ahora eran tres. Se tenían y se cuidaban unos a otros.
El había empezado a trabajar como jardinero en las casas de fin de semana de la zona. Gracias a su gran desempeño y su honradez se gano el respeto y el cariño de todo el barrio, con el tiempo ya casi había monopolizado la zona para él solo, en meses ya tenia el 94% del total de los trabajos de la zona y por eso empezó a contratar gente. Así empezaron a crecer como familia y como mini-empresa, el trabajaba de sol a sol, no descansaba para poder mantener a su familia. Beatriz se había vuelto una madre sobre protectora, una madre que no dejaba a su hijo por nada del mundo a solas, por miedo a que le suceda algo.
Francisco era feliz viendo que a su familia no le faltaba nada, tenían tanto de lo materia como lo sentimental.
Nahuel fue creciendo, a los dos años ya caminaba solo, había sido un logro que la madre valoraba y admiraba, siempre se acompañaban a todos lados, él con pasitos pequeños acompañaba esos interminables metros a su madre para ir de compras. Por esos tiempo, Beatriz quedo embarazada, los padres se habían vuelto a sentir orgullosos de que la familia crezca. Era marzo de 1987 cuando se enteraron y así en septiembre, nació Ezequiel, tubo varios problema al nacer, se había asfixiado en el vientre materno, y nació con problemas respiratorios, así que estuvo en una incubadora asta que los médicos lo decidiera, por suerte Ezequiel tenia muchas ganas de vivir y se recupero notablemente como para poder irse junto con su familia a su casa.
Nahuel al principio lo tomo mas como un juego que otra cosa, se divertía haciéndole la vida imposible a Ezequiel, lo empujaba, lo pellizcaba para que llorara, y todas cosas que irritaban al bebe. A la casa venían los fin de semanas gente a la quinta, y Nahuel se había hecho muy amigo de Rodrigo, eran casi inseparables por ese entonces, salían para todos lados juntos y sus historias eran realmente fascinante cada cual a su manera, pero eran muy divertidas, y la inocencia de la edad los acompañaba.
A los meses nació Daniel, era bellísimo, con sus ojos azules irradiaba aun más inocencia de la que poseía. Y en menos de un años nació Claudio, ya eran una familia numerosa, pero vivían felices de alguna manera, Beatriz se sentía de alguna manera decepcionada por no tener a su beba, pero igual ella también amaba y agradecía poder tener a sus hijos.
En el barrio eran todos chicos más o menos de la misma edad, iban de los 3 a los 18 años, estaba Ernesto, Charles, Pablo, Roberth y Nazareno, era un grupo de amigos desigual en edades pero eso parecía no molestar a los padres ya que todos se conocían y eran amigos.
Nahuel que era el mayor de los hijos de Beatriz fue el primero del grupo de chicos que dio un vuelco en su personalidad, se había vuelto más violento y tenía unas contestaciones con un vocabulario que no usaban en la casa.
La madre empezó a indagar a ver que hacían cuando estaban con los otros chicos, al principio solo dijo que jugaban, y la madre se dio cuanta que no era la manera correcta de llegar al tema si era que existían. Le pregunto cuales eran los juegos a los que jugaba, y le contó que Pablo y ellos jugaban a la escondida, y que siempre se escondían en un baldío atrás de una gran casa de fin de semana. Beatriz le dijo si todos juntos se escondían en el mismo lugar, y hay fue cuando todo salto para la madre, Nahuel fue contundente con la respuesta:- No, solo Pablo me lleva a mi, y cuando estamos hay escondidos me dice que me acueste en el suelo boca abajo para que no me vean los chicos y después el se acuesta arriba mió para que no me vean a mi y si a él.
A Beatriz se le paralizo el cuerpo cuando escucho esto, y trato de preguntar mas de una forma más sueva. Le dijo si nunca le había bajado los pantalones para algo o jugando, la madre uso un poco la actuación para que el niño no se de cuenta que lo que estaba contando era realmente problemático. La respuesta de Nahuel, fue:- si hay veces pero me toca la panza así me rió y juego con el y después volvemos siempre a la casa y allí practicamos como hay que jugar a las escondidas.
No hizo falta que Beatriz pregunte mas, todo lo dicho bastaba para confirma lo peor, su hijo había sido abusado. No lo dudo dos veces y se fue a la casa de Pablo.
Ella era muy amiga de la madre de Pablo, y se lo contó, la Sr. después de sacarlo a los golpes al chico de la habitación, le pidió que le pida perdón a Beatriz y a su hijo, Nahuel, sin entender mucho miraba horrorizado la escena, era escalofriante, su amigo estaba sufriendo una paliza por su culpa, y en su mente pequeña se hacia la pregunta de que había pasado. Miraba el cuadro sin comprender, veía la cara de Pablo llena de sangre, y las lagrimas le corrían por las mejillas, y en su mente seguía dando vuelta el porque lo lastimaban.
"Los Ángeles con a las de plata no debería conocer de sufrimiento"
Depeche Mode.-Precious.
Nahuel vivía bien para su edad y era feliz, tenia un patio muy grande, árboles hamacas, pileta una casa cómoda, una terraza en la que el jugaba siempre que podía y desde donde el miraba todo el barrio, y un quincho donde comían asados los fin de semanas.
Casi todas las tardes Nahuel estaba con la madre en el patio escuchando las canciones que la madre le cantaba, algún chiste que se acordaba, o algún cuento que se le venia a la mente en el momento. Nahuel era un chico feliz en ese mundo.
Un día no muy nublado había tenido la idea de subir como siempre a la terraza y mirar desde allí como siempre el barrio, pero quiso hacer lo mismo que su perrito Oliver, meter la cabeza por entre las rejas y mirar hacia abajo, la cabeza paso pero después el problema apareció cuando quiso sacarla, no podía tiraba, tiraba hacia atrás, y nada, le entro el pánico y comenzó a los gritos a llamar a su madre, Beatriz cuando lo vio se empezó a reír, y le explico que nunca iba a poder sacar la cabeza si la tenia tosida y no la ponía como la había metido, le tomo la cara con las dos manos, y se la acomodo. Nahuel no entendía nada, solo quería que llegara su amigo Rodrigo para poder jugar con sus juegos traídos desde su ultimo viaje, con el cual Nahuel estaba fascinado.
Llego el fin de semana y la quinta estallaba, llena de gente por todos lados, gente que iba y venia por todos los lugares y lo mejor, estaba Rodrigo.
Quizás la inocencia de esta relación por la edad, hacia con que todo fuese maravilloso, juegos y juegos todo el tiempo, el barrio estaba recién poblándose, y todos los días a cualquier hora salían a andar en bicicleta por toda la zona sin alejarse mas de lo dicho por los padres.
Rodrigo era un el primer hijo de un matrimonio que se adoraba, después estaba Belén que era mas pequeña aun que ellos. Vivian en Ramos Mejia. Para Nahuel era como hablarle de un lugar alejado un lugar especial, mas si allí vivía su amigo, tenia que ser mágico.
Rodrigo siempre se divertía cuando iba a la casa de Nahuel. El tiempo paso, y cuando Nahuel cumplió sus 6 años a los días Rodrigo cumplió sus 8 años. Habían cambiado algunos juegos, ya no eran solo la carrera de autos si no, la creación de familias imaginarias, y en estas familias, ellos eran padre y madre, jugaban con esos roles. Cierto día habían terminado abrazado al costado del quincho, porque se querían casar. Juegos, nada mas que eso. Nahuel, empezaba a sentir algo muy grande por Rodrigo, cada día que no estaba junto a su amigo lo extraña, y lo mejor era que cuando estaban solo cada uno acaparaba el cien por ciento del tiempo del otro....
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